El estrés y la mejor sopa de rana

En una ocasión un grupo de investigadores puso a hervir una olla con agua. Cuando el agua empezó a hervir metieron a una rana. Ésta, al contacto con el agua hirviendo, saltó hacia fuera inmediatamente.
Así salvó su vida.

Más adelante, colocaron a la rana dentro de la misma olla, pero con agua fría. Pusieron la olla en la lumbre, con una llama muy pequeña. El agua se calentó e hirvió lentamente. La rana no se dio cuenta del cambio de temperatura y murió.

Esta fábula de la rana hervida ejemplifica cómo, cuando el estrés forma parte de nuestra vida diaria, nos acostumbramos a él. No nos damos cuenta de cómo influye en nuestra salud y en nuestra vida en general, hasta que nos enfermamos o los problemas nos rebasan.

Así que nuestro objetivo será describir bien qué es, cómo se produce y cómo nos afecta el estrés.

 

¿Qué es el estrés?

El término estrés proviene de la física y la arquitectura y se refiere a la fuerza aplicada a un objeto, puede deformarlo o romperlo. En la Psicología, estrés suele hacer referencia a ciertos acontecimientos que implican demandas fuertes para el individuo.

La definición del término estrés ha sido muy controvertida desde el momento en que se importó al área de la salud por parte del fisiólogo canadiense Selye (1956). El estrés ha sido entendido:

  • como reacción o respuesta del individuo (cambios fisiológicos, reacciones emocionales, cambios conductuales, etc.)

  • como estímulo (capaz de provocar una reacción de estrés) 

  • como interacción entre las características del estímulo y los recursos del individuo. 

El estrés puede entenderse, entonces, como una sobrecarga para el individuo. Esta sobrecarga depende tanto de las demandas de la situación, como de los recursos con los que cuenta el individuo a para afrontar dicha situación. Cuánto mayores sean las demandas de la situación y cuánto menores sean los recursos del individuo, la sobrecarga será mayor.

El manejo del estrés puede resultar complicado y confuso porque existen diferentes tipos de estrés:

  • Estrés agudo: es un estrés que se ocasiona en un breve periodo de tiempo y normalmente desaparece con rapidez. Es frecuente en todo el mundo, aparece cuando se vive un proceso nuevo o excitante, o cuando se pasa por situaciones complicadas, como rupturas de pareja. Dado al escaso tiempo que dura no suele ocasionar problemas importantes para la salud.

  • Estrés agudo episódico: es un estrés que surge en aquellas personas que tienen estrés agudo con frecuencia. Siempre están apuradas, pero siempre llegan tarde. Son personas que se muestran irritadas y beligerantes. Siempre están preocupados por el porvenir y prevén con pesimismo una catástrofe en cada situación. Asumen muchas responsabilidades, tienen demasiadas cosas entre manos y no pueden organizar la cantidad de exigencias autoimpuestas ni las presiones que reclaman su atención.

  • Estrés crónico: se padece durante un periodo de tiempo más prolongado que el estrés agudo. Este tiempo puede variar desde varias semanas a meses, incluso años. Las personas que padecen este tipo de estrés pueden acostumbrarse tanto a la situación de activación, que pueden llegar a no darse cuenta de que lo viven y acaban sufriendo problemas de salud. Suele aparecer cuando las personas no ven una salida a una situación compleja y deprimente, algunas veces aparece por una experiencia vivida en la niñez que se interioriza y se mantiene latente desde entonces.

 

¿Qué causa el estrés?

Las situaciones y presiones que causan estrés son conocidas como estresores. Normalmente pensamos en los estresores como en algo negativo, como un horario laboral exhaustivo o una relación pesada. Sin embargo, cualquier cosa que suponga demandas altas o forzar a ajustar tu vida normal puede ser estresante. Esto incluye los eventos positivos como el casarse, comprar una nueva casa, ir a la universidad o recibir un ascenso.

No obstante, no todo el estrés es causado por factores externos. El estrés también puede ser auto-generado. Por ejemplo, cuando te preocupas excesivamente sobre algo que puede o no que suceda, o el tener pensamientos irracionales y pesimistas sobre tu vida.

 

¿Cómo se desencadena el estrés?

Cuando te sientes asustado, tu sistema nervioso responde liberando un torrente de hormonas del estrés que activan el cuerpo para una acción de emergencia. Estos cambios físicos incrementan tu fuerza y aguante, la velocidad de tu tiempo de reacción, y mejoran tu concentración; porque recuerda, tú cuerpo cree que está luchando por su supervivencia, que son palabras mayores.

¿Y cuáles son las hormonas del estrés? Para no hacer de este sencillo texto una clase de bioquímica vamos solo a señalar la hormona por excelencia del estrés:

 

El cortisol es un glucocorticoide (pertenece a la familia de los esteroides, un nombre quizás más conocido). Se produce en la corteza de la glándula suprarrenal, situada justo encima de los riñones. Su producción está regulada por dos elementos básicos: la hormona adrenocorticotrópica (ACTH) y nuestros ritmos circadianos (ritmos biológicos de alternancia entre el día y la noche). A su vez, y no menos importante, la regulación de estos dos procesos depende directamente de la hipófisis, una pequeña glándula situada en el hipotálamo. Resumiendo esta palabrería el esquema sería el siguiente:

 

¿Qué efectos negativos produce en nuestra salud?

Al ser un proceso sistémico y complejo, los efectos del estrés sobre nuestra salud también se reflejan en variados síntomas en diferentes aéreas:

Síntomas cognitivos

  • Problemas de memoria

  • Incapacidad para concentrarte

  • Juicio pobre

  • Ver solamente lo negativo

  • Ansiedad o pensamientos recurrentes

  • Preocupaciones constantes

Síntomas emocionales

  • Irritabilidad o mal genio

  • Mal humor

  • Agitación, incapacidad para relajarse

  • Sentirse abrumado

  • Sentimiento de soledad y aislamiento

  • Depresión o infelicidad general

Síntomas físicos

  • Diarrea o estreñimiento

  • Dolores

  • Náuseas, mareos

  • Dolor en el pecho, taquicardia

  • Pérdida de deseo sexual

  • Resfriados frecuentes

Síntomas conductuales

  • Dormir mucho o poco

  • Comer más o menos

  • Aislarte de otros

  • Procrastinar o rechazar responsabilidades

  • Consumir alcohol, tabaco, o substancias relajantes

  • Hábitos nerviosos (p.e. morderse las uñas)

 

Como vemos, muchos síntomas para algo tan esquivo y, a veces, impreciso como el estrés. No es de extrañar que se haya convertido en el enemigo público número uno de cualquier sociedad moderna y el causante de un empeoramiento generalizado de la salud en la población de dichas sociedades.

Sé que este artículo no dice nada nuevo sobre el estrés, sólo he intentado resumir de la forma más clara y breve lo que el estrés supone en nuestras vidas y, con suerte, ayudarte a identificarlo con mayor facilidad y así evitarte que seas sopa de rana.

Quiromasaje: breve historia y beneficios.

La acción de llevarse a zona dolorida y presionar en ella es una respuesta refleja para aliviar el dolor o la tensión y, podría considerarse la forma más primaria de masaje y, a este como una de las primeras herramientas terapéuticas utilizada por el hombre para comunicarse y proporcionar/se un recurso contra el dolor corporal. Tanto es así, que es hoy una práctica arraigada en la cultura de todos los pueblos y tradiciones.

Uno de los primeros registros de la palabra masaje y de la descripción de su uso, se ha encontrado recientemente en unos textos provenientes de la Antigua Mesopotamia. Escritos en sumerio y acadio titulados «Mushu´u» (masajes, en castellano) hace ya 4000 años. Tenemos testimonios escritos o gráficos de ellos en la Corte de los Emperadores Chinos, en el Antiguo Egipto, en Irán, en Asia, en la Antigua Grecia o en el Imperio Romano.Sus beneficios han llegado hasta nuestros días evolucionando desde las técnicas más simples hasta el desarrollo específico de algunas para aliviar dolencias concretas de nuestro cuerpo u organismo.

El término quiromasaje nace en España, concretamente en Barcelona en (1920) y fue el Dr. Vicente Lino Ferrandiz García quién después de unos años en el extranjero regresó a España con las técnicas aprendidas y las introdujo en nuestro en país con el término Quiromasaje. Esto requiere gran habilidad con las manos y conocimiento completo de la anatomía y fisiología del organismo humano de modo que el terapeuta actúa de manera fundamentalmente científica y no autómata.

El quiromasaje es un terapia manual aplicada mediante presiones, fricciones, percusiones o estiramientos dependiendo del problema a tratar. Al trabajar sobre tensiones musculares, se facilita el desbloqueo de articulaciones. Se mejora el drenaje de fluidos (linfa, sangre) y se mejora el funcionamiento de los órganos. Y por supuesto el efecto relajante y tonificante.

Sus beneficios son muchos y variados:

Sobre el sistema nervioso: actúa sobre los nervios periféricos haciendo mas rápida la regeneración celular del tejido que inervan y provocando relajación, bienestar, alivio de dolores y cansancio.

Sobre la circulación sanguínea: provoca mayor flujo sanguíneo ayudando de esta manera a que la sangre pase con mayor facilidad por zonas que por diferentes causas tiene dificultad para hacerlo por ella misma, con lo cual mejoramos la nutrición de los tejidos afectados.

Sobre el tejido muscular: aumenta su irrigación sanguínea y eleva su temperatura. Al amasar una porción muscular,obligamos a vaciar de sangre la zona que estamos tratando y en el momento en que soltamos la masa muscular, entra sangre nueva, oxigenada, nutriéndolo de tal manera que impide o disminuye su distrofia. Es especialmente aconsejable en casos de contracturas musculares provocadas por tensiones nerviosas o sobreesfuerzo físico, aliviando dolor, tensión, malestar… También actúa sobre las fascias y aponeurosis del cuerpo, eliminando tensiones crónicas que inhiben la movilidad. Despegando y liberando las fibras el tejido se calienta y revitaliza volviendo a su postura y fluidez natural.

Sobre el aparato digestivo: estimula la secreción glandular, aumenta los jugos digestivos, favorece los movimientos peristálticos y con ellos la absorción, progresión y eliminación de los alimentos. Las digestiones se hacen menos pesadas. Todos los órganos experimentan mayor circulación. Suele aliviar dolores menstruales, combate la aerofagia o gastralgias generales, atonías o insuficiencia motora, la digestión nerviosa, el estreñimiento, la inapetencia, etc.

Sobre el tejido óseo: no tiene acción directa sobre el hueso pero si la tiene en todo lo que le rodea, músculos, tendones, fascias…Sirva como ejemplo el masaje que se realiza después de una fractura siempre que halla pasado la fase aguda o de enyesado. La recuperación es mucho mas rápida y se evita tejidos adheridos y cicatrices muy profundas.

Sobre el tejido adiposo: al producirse el desplazamiento de los distintos planos musculares,el masaje ejerce una importante acción mecánica capaz de eliminar las adherencias de los nódulos celulíticos, así como lograr el fortalecimiento de los tejidos laxos de las mujeres que padecen celulitis blanda, evitando en lo posible la flaccidez.

Sobre la piel: el calor local que transmiten las manos, hace aflorar el flujo sanguíneo y fomenta la actividad linfática, con lo que mejora el metabolismo local, la nutrición y oxigenación de la zona tratada. También contribuye a la eliminación de escamas o células muertas, regenerando, purificando y tonificando.