Quiromasaje: breve historia y beneficios.

La acción de llevarse a zona dolorida y presionar en ella es una respuesta refleja para aliviar el dolor o la tensión y, podría considerarse la forma más primaria de masaje y, a este como una de las primeras herramientas terapéuticas utilizada por el hombre para comunicarse y proporcionar/se un recurso contra el dolor corporal. Tanto es así, que es hoy una práctica arraigada en la cultura de todos los pueblos y tradiciones.

Uno de los primeros registros de la palabra masaje y de la descripción de su uso, se ha encontrado recientemente en unos textos provenientes de la Antigua Mesopotamia. Escritos en sumerio y acadio titulados «Mushu´u» (masajes, en castellano) hace ya 4000 años. Tenemos testimonios escritos o gráficos de ellos en la Corte de los Emperadores Chinos, en el Antiguo Egipto, en Irán, en Asia, en la Antigua Grecia o en el Imperio Romano.Sus beneficios han llegado hasta nuestros días evolucionando desde las técnicas más simples hasta el desarrollo específico de algunas para aliviar dolencias concretas de nuestro cuerpo u organismo.

El término quiromasaje nace en España, concretamente en Barcelona en (1920) y fue el Dr. Vicente Lino Ferrandiz García quién después de unos años en el extranjero regresó a España con las técnicas aprendidas y las introdujo en nuestro en país con el término Quiromasaje. Esto requiere gran habilidad con las manos y conocimiento completo de la anatomía y fisiología del organismo humano de modo que el terapeuta actúa de manera fundamentalmente científica y no autómata.

El quiromasaje es un terapia manual aplicada mediante presiones, fricciones, percusiones o estiramientos dependiendo del problema a tratar. Al trabajar sobre tensiones musculares, se facilita el desbloqueo de articulaciones. Se mejora el drenaje de fluidos (linfa, sangre) y se mejora el funcionamiento de los órganos. Y por supuesto el efecto relajante y tonificante.

Sus beneficios son muchos y variados:

Sobre el sistema nervioso: actúa sobre los nervios periféricos haciendo mas rápida la regeneración celular del tejido que inervan y provocando relajación, bienestar, alivio de dolores y cansancio.

Sobre la circulación sanguínea: provoca mayor flujo sanguíneo ayudando de esta manera a que la sangre pase con mayor facilidad por zonas que por diferentes causas tiene dificultad para hacerlo por ella misma, con lo cual mejoramos la nutrición de los tejidos afectados.

Sobre el tejido muscular: aumenta su irrigación sanguínea y eleva su temperatura. Al amasar una porción muscular,obligamos a vaciar de sangre la zona que estamos tratando y en el momento en que soltamos la masa muscular, entra sangre nueva, oxigenada, nutriéndolo de tal manera que impide o disminuye su distrofia. Es especialmente aconsejable en casos de contracturas musculares provocadas por tensiones nerviosas o sobreesfuerzo físico, aliviando dolor, tensión, malestar… También actúa sobre las fascias y aponeurosis del cuerpo, eliminando tensiones crónicas que inhiben la movilidad. Despegando y liberando las fibras el tejido se calienta y revitaliza volviendo a su postura y fluidez natural.

Sobre el aparato digestivo: estimula la secreción glandular, aumenta los jugos digestivos, favorece los movimientos peristálticos y con ellos la absorción, progresión y eliminación de los alimentos. Las digestiones se hacen menos pesadas. Todos los órganos experimentan mayor circulación. Suele aliviar dolores menstruales, combate la aerofagia o gastralgias generales, atonías o insuficiencia motora, la digestión nerviosa, el estreñimiento, la inapetencia, etc.

Sobre el tejido óseo: no tiene acción directa sobre el hueso pero si la tiene en todo lo que le rodea, músculos, tendones, fascias…Sirva como ejemplo el masaje que se realiza después de una fractura siempre que halla pasado la fase aguda o de enyesado. La recuperación es mucho mas rápida y se evita tejidos adheridos y cicatrices muy profundas.

Sobre el tejido adiposo: al producirse el desplazamiento de los distintos planos musculares,el masaje ejerce una importante acción mecánica capaz de eliminar las adherencias de los nódulos celulíticos, así como lograr el fortalecimiento de los tejidos laxos de las mujeres que padecen celulitis blanda, evitando en lo posible la flaccidez.

Sobre la piel: el calor local que transmiten las manos, hace aflorar el flujo sanguíneo y fomenta la actividad linfática, con lo que mejora el metabolismo local, la nutrición y oxigenación de la zona tratada. También contribuye a la eliminación de escamas o células muertas, regenerando, purificando y tonificando.